quinta-feira, 22 de março de 2012

Heidegger Clase 02. O dasein e suas possibilidades


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02. O dasein e suas possibilidades


02.1 ¿Cuál es la posibilidad de todas las posibilidades?
02.2 ¿En qué consiste la existencia inauténtica?
02.3 ¿Cuál es el fundamento de la existencia auténtica?
02.4 ¿Cuáles son los elementos que Heidegger señala como propios de la inautenticidad?



02.1 ¿Cuál es la posibilidad de todas las posibilidades?

Vamos a continuar con Heidegger -este es un modo de decir-. Vamos a continuar mucho con Heidegger porque tenemos que profundizar en la filosofía de Heidegger para entender las filosofías posteriores-.

Estamos analizando el Ser Ahí, el Dasein, ¿No?, está arrojado ahí, en el mundo.

La primera, entonces, estructura, modo del ser del Dasein, digamos modo de ser del Dasein, es lo que Heidegger llama "Ser-en-el-mundo". Heidegger es el que inventó las palabras trencito, es decir, Heidegger escribió: "Ser-en-el-mundo". O sea, el Dasein, el modo de ser del Dasein es Ser-en-el-mundo. A estos modos de ser del Dasein Heidegger los llama "Existenciarios". Entonces, uno de los existenciarios del Dasein, el primero, es: "Ser-en-el-mundo".

Luego, ¿Por qué Ser-en-el-mundo? Bueno, lo digimos, porque es el Ser Ahí, está ahí en el mundo. Ser "es" en el mundo. Ahora, esta forma en que "es" en el mundo es estar en estado de eyección, arrojado hacia el mundo. Y aquí viene la pregunta: ¿Hacia qué está arrojado el Dasein? El Dasein está arrojado hacia sus posibilidades. Nosotros somos posibilidades. El Dasein, va a decir Heidegger, antes que realidad es posibilidad.

¿Qué diría yo? Que es una piedra. Supongamos que es una piedra (Siempre pongo el ejemplo de la piedra, pero... una vaca, si quieren... lo que quieran). Una piedra "es". Nunca va ser otra cosa más que una piedra. "Es" una piedra. Pero un ser humano no es (no es siempre lo mismo) siempre está deseando ser otra cosa. Está arrojado hacia un futuro. Está proyectándose en una posibilidad. Somos posibilidad. Eso es lo que somos. Somos nuestros posibles. Nuestros posibles nos constituyen.

Es decir, digamos, Yo ahora estoy grabando este programa (de T.V) y cuando termine de grabarlo puedo ir... puedo elegir miles de posibilidades: Puedo seguir acá, puedo irme a tomar un café, puedo volver a mi casa, puedo ir a un cine, puedo ir a un teatro, puedo irme del país. Esas son posibilidades. Son infinitas. Ahora, hay una posibilidad que es la posibilidad de todas esas posibilidades. Una posibilidad que está en todas y en cada una de esas posibilidades que es la posibilidad de morir. En todas esas posibilidades yo puedo morir. Puedo quedarme acá y morirme, puedo ir al teatro y morirme, puedo ir al extranjero y morirme (cae el avión y muero en el viaje). Entonces, lo que anida, lo que está incerto en todas mis posibilidades es esa posibilidad, la posibilidad de todas mis posibilidades, la posibilidad de morir en uno de mis posibles.

Entonces, esta condición de estar eyectado hacia el futuro es mi posibilidad. Somos posibilidad. Pero hay una posibilidad que está presente en todas, en todas puedo morir.

Este es un aspecto sombrío de la filosofía de Heidegger. Y, va a ser uno de los aspectos de las Filosofías Existencialistas. Heidegger tiene como poderoso antecedente la filosofía de Kierkegaard, filósofo Danés del siglo XIX, que tiene un libro que se llama "El concepto de la angustia", que Heidegger sin duda lo debe haber leído intensamente y, que en una de sus partes dice: "El hombre es ese ser que se angustia. Y es más profundamente hombre cuanto más profundamente se angustia". ¿Qué está diciendo Kierkaagard? Está diciendo que "es más profundamente hombre" porque la angustia proviene de la experiencia de la nada. Y la experiencia de la nada es la experiencia de la muerte. Entonces, si yo afronto la experiencia de la nada, la experiencia de que voy a morir, estoy, justamente, afrontando la más difícil de todas mis posibilidades. La que no quiero afrontar. La que me da miedo afrontar. La que me angustia afrontar, porque es la nada, justamente, la que produce la angustia. Porque la nada me revela mi finitud. Me revela esta posibilidad presente en todas mis posibilidades.

Es decir, como dije: Yo de acá me voy a una pizería y puedo morir. Me voy a un teatro y puedo morir. Me voy a tomar un colectivo y puedo morir. Me voy a la provincia de Buenos Aires y puedo morir. Esta es la posibilidad de mis posibilidades y, a la vez, -a ver si agarramos esto bien que es muy lindo (bah, ¡¿"muy lindo"?!), conceptualmente fascinante- y a la vez es la imposibilidad de todas, porque la muerte puede imposibilitar todas mis posibilidades, en la medida en que las habita a todas. Entonces, el hombre es ese Ser-en-el-mundo que también es ser para la muerte. Esto es algo que el hombre tiene que afrontar. En realidad, va a decir Heidegger, y esto es genial, el hombre se pasa la vida tratando de ocultarse y de que le oculten que es un ser para la muerte. Que va a morir. Se aturde, se aturde, se aturde él y pide: "Atúrdanme porque no quiero tener eso presente, porque lo que no quiero es morir". Vamos a seguir con ésto.

02.2 ¿En qué consiste la existencia inauténtica?

A Heidegger le van a criticar que el Dasein no tiene sexo. En realidad es una critica infundada porque Heidegger no tiene por qué detenerse en eso. El Dasein es el hombre y es la mujer.

Cuando nosotros, acá, hablando de Filosofía decimos: "El hombre", estamos diciendo: "La mujer". Lo que pasa es que no podemos estar todo el tiempo diciendo: "El hombre y La mujer". Yo diría: "La mujer". Pero si yo digo: "El ser de la mujer, es ser para la muerte" ¡Nadie va a entender nada! -"¿De qué está hablando éste? ¿De mi esposa?". Lamentablemente esto está instalado. Es trabajo de todos nosotros llegar a un lenguaje, a un lenguaje. Encontrar una palabra que pueda incluir los dos sexos (¡Pero ahora va a haber que incluir a unos cuantos más, o sea, que es cada vez más complejo!). Bué, pero el Dasein es el hombre y la mujer. El Dasein es la realidad humana, digamos.

El ser del Dasein es ser para la muerte. El Dasein es ese ser que inexorablemente va a morir.

Ante esta realidad que es temible, temible y, que despierta una enorme angustia y, que esa angustia revela la nada y, la nada revela la muerte... El hombre quiere frenarla. Quiere negarla. Para negarla se entrega a lo que Heidegger llama "La existencia inauténtica".
La existencia inauténtica consiste ante todo en negar que el hombre es ese ser que es para la muerte. Entonces el Dasein inauténtico se entrega al mundo de EL SE, (En alemán: Das Man, "Se dice"; en francés: On dite, "Se dice") Se entrega al mundo del "Se dice". ¿Qué es el mundo del "Se dice"? "Se dice" que hay que leer los libros de John Grisham. "Se dice" que hay que leer los libros de Harry Potter. "Se dice" que hay que ver tal película, que hay que ver tal programa, que hay que leer tal diario. Lo que se diga, el Dasein inauéntico que está determinado desde afuera, desde afuera, lo acepta, lo acepta. Digamos, vive en el modo de la pasividad. Él hace lo que se dice, lee lo que se lee, opina lo que se opina, y así está inmerso en el mundo de lo anónimo. No es él. Es, digamos, el uno -que por eso Heidegger habla de lo uno, es decir, el mundo del "se dice"- lo uno es lo anónimo. Lo uno es lo anónimo. Entonces, el Dasein quiere unirse a ese uno anónimo para ser uno más y no pensar por sí mismo y, no darse cuenta, en algún momento, que la muerte inexorablemente va a ser una experiencia suya. Y que nadie puede morir por mí. Entonces, como esto es difícil, el Dasein inauténtico consagra su vida a negarlo. ¿Cómo lo niega? Primero dice: "La muerte es algo que le pasa a los otros". "¡Qué cosa, cómo se muere la gente! ¿Por qué se morirá la gente?". Bueno, porque la gente se muere.

Les voy a contar una anécdota: Yo una vez iba manejando en un coche, hace muchos años, y hay una barrera ¿No?. Delante de la barrera está parado un camión, un camión muy grande que no avanza porque está pasando un cortejo fúnebre. El cortejo fúnebre pasa muy lentamente y el camión espera. Detrás del camión hay una hilera de coches que no ven al cortejo fúnebre porque el camión es muy grande. Entonces empiezan a tocar bocina. De pronto el camionero se baja y le dice al primero, para que escuchen todos: "Pará viejo, ¿No ves que hay un fiambre ahí?". Memorable frase. Filosófica frase del camionero. No hay nada más, digamos,contundente para negar la muerte que llamarle "fiambre" a un muerto. No es un muerto es un "fiambre". No es un Dasein que ha finado. "No es algo que me va a pasar a mí". "Eso es un fiambre". Ni lo nombra. No dice: "Es un cadaver, es un ser humano muerto". "Es un fiambre". Está muy bien, digamos, es un lenguaje lunfardezco de Buenos Aires. Pero, ¿Qué quiere decir "que es un fiambre"? Quiere decir también, que ese Dasein ha dejado de ser. Ya no es. Como ya no es, es una cosa. Un fiambre es una cosa. No está animado de existencia. Entonces, esto, que la muerte es un espectáculo también... ¿Por qué? Porque este camionero que mira pasar el cortejo fúnebre, en realidad está mirando un espectáculo ¿No? Pasan los distintos coches, la gente que llora, las flores... Es un espectáculo... "- ¡Uy, van a enterrar a un fiambre!". La muerte como espectáculo es la negación inauténtica que el Dasein hace en la muerte. La muerte es algo que le ocurre a los otros. La muerte es un espectáculo. La muerte está afuera. La muerte forma parte de lo uno, de lo anónimo... pero, no es algo que me va a pasar a mí, le pasa a los otros. Esa es la escencia de la existencia inauténtica. Y vamos a ver cuál va a ser la escencia de la existencia auténtica. Ya lo vemos.

02.3 ¿Cuál es el fundamento de la existencia auténtica?

¿Cuál es el fundamento de la existencia auténtica?

No de la inauténtica. De la Auténtica.

Si el fundamento de la inauténtica era la negación de la finitud del Dasein. Lo que va a fundamentar la existencia auténtica es enfrentar, aceptar esa finitud. Es decir, el Dasein auténtico sabe que va a morir. Sabe que su ser es ser para la muerte y lo acepta. Y eso le da densidad a su existencia. Eso le da autenticidad. Eso lo lleva, justamente, a una existencia que no se disuelve en lo uno, ese miasma donde todos están así... no, no.

Digamos, el existente auténtico está separado del mundo del Se dice, porque ante todo ha aceptado su finitud. A partir de esa aceptación él es él.

En consecuencia, elige lo que quiere leer, habla de lo que quiere hablar. Pero lo fundamental es esto: Enfrenta la angustia que le produce, que el hecho de que nadie puede morir por él. Bueno, está bien, voy a morir yo por mí.

En cambio, el existente inauténtico, al no poder enfrentar su finitud, enfrenta la vida con una liviandad, con una liviandad que es la liviandad de lo inauténtico, la liviandad de aceptar todo lo que me digan, y todo lo que me cuenten y todo lo que me vendan, para sofocar en mí la angustia de morir. Entonces, se niega a aceptar que la existencia tiene misterios, tiene misterios. Y que el misterio fundamental, quizas, de la existencia, sea esta capacidad asombrosa del Dasein de saber que va a morir y seguir viviendo.

Y en la vida inauténtica todo misterio, dice Heidegger, pierde su encanto porque yo no voy detrás de ningún misterio si no voy detrás de nada nuevo. Sino que voy detrás de lo que ya se ha dicho, de lo que ya se creó, de lo que ya se estableció. Soy una nada, pero no una nada como las que me revela la finitud. No. Soy lo uno. Soy una cosa que se disuelve en el anonimato del todo que ha sido creado, justamente, para que los hombres -y esto es un vocabulario un poco personal- para que los hombres no tomen consciencia de nada. Entoces el mundo de lo uno, del anonimato, del Se dice, del se habla, de las habladurias... Ese mundo está constituido para que el Dasein no tome consciencia de sí mismo, ni de su destino, ni de su condición de ser para la muerte.

Ahora bien ¿Quién construye este mundo? ¿Quién construye el mundo del anonimato que está ahí y posibilita que me incluya en él, y yo tenga una vida inauténtica? Ese mundo está constituido por los poderosos "Otros".

Entonces dice Heidegger: "Cuando yo acepto ese mundo estoy bajo el señorío de los otros". ¿Qué es el señorío de los otros? Bueno, yo voy a poner un ejemplo muy transparente para ustedes. Yo creo que hoy el poder del señorío de los otros está dado por los medios de comunicación, que ese es e señorío de los otros. Porque a travez de los medios de comunicación -y acá tomo una frase de Foucault- "Los sujetos son sujetados". Entonces, si los sujetos son sujetados a travez de los medios de comunicación, quiere decir que los sujetos son sometidos al señorío de los otros.

Porque los sujetos no tienen la poseción de los medios, sino que lo tienen los otros, los señores otros, los poderosos señores otros. Y ese señorío de los otros elimina toda posibilidad de vida auténtica. Yo soy ese tipo que vive repitiendo, vive repitiendo las ideas que le dicen, las cosas que tiene que comprar, los programas que tiene que ver... Está aniquilada toda posibilidad crítica de la consciencia. Mi capacidad crítica está aniquilada. Y ustedes piensen, como ya lo he dicho en algún programa pero... ese tipo que va al trabajo a la mañana, que almuerza desordenadamente y mal, que viaja mal cuando regresa a su casa, y cuando regresa a su casa enciende una televisión que le entrega, por decirlo suavemente, basura... Ese tipo no puede, no puede salir del señorío de los otros. Es una tristeza realmente. Porque pasarse la vida bajo el señorío de los otros y núnca decir una palabra propia es como haber vivido muerto.

02.4 ¿Cuáles son los elementos que Heidegger señala como propios de la inautenticidad?

Hay algo que Heidegger marca como lo más demoníaco del mundo de la inautenticidad, es la publicidad. Esto lo dice Heidegger ¿No? La publicidad. La publicidad le dice a todo el mundo lo que tiene que comer, lo que tiene que leer, lo que tiene que usar como traje, el partido político al que tiene que votar, la manteca que es la mejor del mundo, el vino que tiene que tomar...

Heidegger detesta la publicidad porque la publicidad trabaja en favor de la inautenticidad de la gente. En realidad cualquier publicista sabe que miente. La publicidad consiste en mentir lindo para que el consumidor compre. Entonces Heidegger odia la publicidad porque, justamente, la publicidad se dirige desde afuera a la consciencia del Dasein que está mirando. Entonces, cuando mira la publicidad, la publicidad le dice cómo él tiene que ser. Ahí está algo que Heidegger realmente detesta.

Después, lo que Heidegger también señala como un elemento fundamental de la existencia inauténtica -Esto es muy lindo, escúchenlo bien- es la avidez de novedades:
"¿Qué pasó de nuevo hoy? ¿Cómo? ¿No pasó nada de nuevo?" A ver, "Esto es nuevo...". Ustudes observen... ¿Por qué la moda cambia todos los años? -o cada tres meses- "Vea la moda del verano...". Bueno, y así todo... "Compre el libro del año. Si usted no leyó este libro usted no está al tanto de nada, no conoce la última novedad". Hay que despertar en usted la avidez de novedades. ¿Qué hace la avidez de novedades? La avidez de novedades hace que no me detenga en nada. Que vaya saltando de una cosa a la otra, porque ¡me hacen saltar de una cosa a la otra!. Si despiertan en mí la avidez por las novedades núnca voy a profundizar en nada. Voy a estar saltando de una novedad a la otra sin afincarme en nada. A esto Heidegger lo llama la "Errancia", que es errar, pasar de una cosa a la otra. Entonces la errancia está alimentada, definida, determinada por la avidez de novedades. "¿Leíste el último libro de Paulo Cohelo?-por ejemplo- "¡Ah, no lo leiste!, ¡Sacó otro!, Ah, no. No estás al día. No estás al tanto. No conocés la última novedad". Entonces, digamos, el Dasein ávido de novedades pasa de una cosa a la otra porque núnca quiere dejar de estar al día con las novedades. Ahora.

Esto que Heidegger llama "Errancia" es un concepto que ha sido estudiado como un concepto antisemita en Heidegger. Porque ustedes piensen que el judío ha sido el errante de la historia. Hay una novela de Eugenio Sue que se llama "El judío errante".

El pueblo de Isrrael ha sido el pueblo que ha errado, que ha ido errando -en el sentido de la errancia- a lo largo de la historia. Entonces, Heidegger diría, según esta interpretación antisemita: "Al contrario de la errancia típica del judío, lo que tenemos que conseguir es el afincamiento del alemán en su tierra. Entonces, no a la errancia, pero sí al amor al suelo y a la tierra de la patria. Esto lo vamos a ver cuando veamos el nazismo en Heidegger. Pero, ahora, de todos modos, no dejemos de lado la riqueza de este concepto. Yo señalé como este concepto puede ser virado hacia el antisemitismo. Pero la errancia, justamente, pasar de una cosa a otra, es la avidez de novedades.

Otra cosa que señala Heidegger como típica de la existencia inauténtica son las habladurías:

-Ah, se dice... -Pero ¿vos sabés? ¿Sabés que eso es así? -No, se dice... -Pero, ¿Qué es lo que se dice? -Y..., se dice tal cosa... -Ah!, entonces la voy a decir yo también.
Entonces, todos terminamos diciendo lo que "se dice". Ahora bien, la pregunta es: ¿Quién dijo lo que se dice?, ¿Qué estamos diciendo cuando decimos "Lo que se dice"?, ¿Quién nos metió en la boca "Lo que se dice"?, ¿Quién tuvo el poder necesario como para imponer en la sociedad algo que todos digan?

Bueno, obviamente esto hoy lo logran los medios de comunicación: Internet, la Televisión, son poderosos creadores de habladurías, del "se dice". Y no buscamos, dice Heidegger, renunciamos a buscar nuestra propia voz.

Tenemos que abandonar las habladurías. No someternos a las habladurías. Si nos vienen a decir: "Esto es así porque se dice que es así". Yo debería responder: "A mi no me consta que sea así. Me consta que se dice que es así.

Pero yo voy averiguar si es así porque yo tengo mi propia voz, tengo mi propio juicio, tengo mi propia condición crítica, tengo mi propia libertad para elegir".

Y en consecuencia, esa libertad me va a dar mi voz auténtica. Mi voz autentica no se somete a las habladurías, ni a la avidez de novedades, ni a nada de todo aquello que ese mundo de la falsedad, del anonimato, me quiere imponer.

Mi voz auténtica surge de mí. Y es, en ese sentido, sí, subversiva, por supuesto, porque altera todo ese orden que está armado para anular a los sujetos.





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