CIVILIZACIÓN Y BARBARIE
Por José Pablo Feinmann
...Civilización y barbarie no fueron conceptos que Heidegger utilizara. Sin embargo, es transparente que en su filosofar Alemania representa la potencia espiritual (que es, siempre, la civilización) y los restantes pueblos la decadencia espiritual, es decir, la barbarie.
Lo que me importa, sustancialmente, destacar es lo que sigue: una filosofía se transforma en ideología cuando niega toda posibilidad de verdad en el diferente.
Los nazis creían encarnar las hondas potencias espirituales de Occidente y creían luchar contra la masificación soviética y contra el uso mercantilista de la técnica encarnado por el capitalismo judío.
Eran el centro, eran la posibilidad de la redención. De este modo, tenían derecho a todo. Y muy especialmente: a disponer de las vidas de los otros.
En toda violencia late el esquema civilización-barbarie.
A veces se mata en nombre de la barbarie. Se mata lo establecido, lo racional, lo instaurado.
La civilización entendida como sacralización del Poder.
Aquí, la barbarie se asume como lo distinto, lo nuevo, lo –por usar una palabra que hoy se usa– transgresor.
Lo que transgrede el orden monolítico del ser. Lo que es –se dice– siempre es reaccionario, precisamente porque es, porque está consolidado, porque ha devenido una cosa y ha perdido su vigor, su insolencia histórica.
Toda cosificación es reaccionaria, y la civilización es eso: es la cosificación de un Poder constituido al que hay que destruir. Esto permite entender el nihilismo de ciertas violencias y –sobre todo– permitiría comprender (y ya llegaremos a este tema) el terrorismo de fin de milenio: cuando ya no se puede transformar el mundo lo
único que resta es destruirlo.
Así, el nihilismo de fin de milenio (la explosión en la AMIA, la bomba en el avión de la TWA) expresa una violencia que se asume desde la barbarie: la civilización –dice– es una cosificación intransformable; la civilización es este mundo del capitalismo mediático que no ofrece intersticios; que no ofrece penetrabilidad alguna para su transformación desde adentro.
Sólo resta, entonces, en nombre de valores absolutamente opuestos que jamás este sistema podría incorporar, destruirlo desde afuera.
Se destruye lo que es en nombre de lo que no es; de lo que, incluso, no sabe qué es salvo que es la destrucción, la negación absoluta. La barbarie.
La civilización ejerce la violencia en nombre de valores que se proponen como constructivos.
La violencia de la civilización no se piensa a sí misma como nihilista. Siempre está por construir un mundo.
Y la construcción de ese mundo implica el aniquilamiento de los diferentes.
...
Fuente: Página/12, 14 de septiembre, 1996.
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Dessa forma Obama manda os drones ou trones teleguiados para matar seus inimigos. Sempre acertando como alvo a população civil.
Mas sempre noticiado pela imprensa como terroristas perigosos.
Quem deu o direito de tornar-se Obama assassino impune?
O montante de arsenal bélico. Se alguém reclamar ele simplesmante invade e dizima populações como
costumeiramente é feito na América Latina.
Vale apenas a vida dos norteamericanos/arianos, todo o resto é de pouco valor. Qualquer semelhança não é mera coincidência, é um mesmo raciocínio por dentro do pensar dos nazistas e dos norteamericanos: o senso de superioridade de sua raça.
Paulo Cesar Fernandes
03 03 2014
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